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¿Qué piensan de la muerte?

PorEl Observador

Abr 4, 2024

 

 

Despreciativos o resignados, negacionistas o anhelantes, desesperados o airados, los filósofos han reaccionado de diversas formas ante la idea de la muerte. Sus posturas van más allá de la época y, en ocasiones, saltan varios siglos para acabar dando la mano a otro pensador o abrazando otra corriente.

Reflexiones filosóficas

¿Qué es la muerte? ¿Por qué pensamos en ella? ¿Por qué esa necesidad de pensar en la vida después de la muerte? Todas estas preguntas interesan a los seres humanos y la filosofía tiene mucho para decir al respecto.

Es un hecho conocido que las religiones consideran a la vida más allá de la muerte. Esto significa que existiría un estado paradisíaco que trasciende a la condición humana. De la misma manera, la filosofía razona sobre el estado de inmortalidad y eternidad, pero desde otra perspectiva.

¿Qué dice la filosofía sobre la muerte?

Para los filósofos, la pregunta por la muerte humana siempre involucra la cuestión por el alma. El alma, en esta rama, tiene una dimensión cuasi religiosa. Algunos pensadores sostienen que por medio de ella podemos conocer y apartarnos de lo mundano, que no nos proporciona ningún beneficio espiritual.

La muerte según platón:

De acuerdo a los postulados filosóficos de Platón, el ser humano está compuesto por cuerpo y alma. Y esta última es de origen divino e inmortal; es decir, perdura a través del tiempo. En cambio, la muerte es vida para el alma, en la medida en que puede liberarse y aspirar a una vida mejor.

Por otra parte, el cuerpo es mortal y es considerado como una cárcel para el alma. En ese sentido, la muerte es un proceso a través del cual el alma se libera de las ataduras del cuerpo. En esta concepción platónica, la muerte es negada.  Según esta visión, lo único que perece es el cuerpo que no tiene valor alguno.

Concepción de Aristóteles:

Para Aristóteles, todos los seres vivos están compuestos de cuerpo, alma y materia. Si bien tanto plantas, como animales y humanos poseemos un alma, hay una particularidad de ella en el hombre. Además de ser la responsable de la nutrición y el sentir, el alma humana tiene la función de conocer.

Es decir, que es usada para la actividad mental o del pensamiento. Sin embargo, también tiene una parte poética y creativa que es la propiedad más importante del alma. Esta parte es inmaterial, inmortal y eterna. Por lo tanto, la muerte para Aristóteles, es el fin de la vida biológica tal cual la conocemos; este proceso representa la separación definitiva del cuerpo y del alma.

La muerte para Epicuro:

Como parte de sus reflexiones filosóficas de la muerte, Epicuro señala que se trata de algo ineludible, no podemos escapar de ella. Más bien, deberíamos aceptarla y considerarla como un acontecimiento en la vida del ser humano.

Pero hay un problema: por lo general tenemos miedo a la muerte. Según el filósofo, eso es absurdo, ya que mientras estamos vivos, la muerte no existe; por este motivo, nos da tres consejos para dejar de temer: Priorizar y discriminar proyectos, recordar a diario que hemos de morir y tener claro qué necesitamos en todo momento.

¿Qué quiere decir con esto? Recordando siempre la muerte, podremos acostumbrarnos a ella. Por otro lado, estar atentos a nuestras necesidades genera que nos centremos en el presente y dejemos el futuro de lado. De igual modo, distinguir y priorizar proyectos de vida nos focaliza en la actualidad.

Séneca y sus reflexiones:

Para Séneca, la muerte es uno de los pocos acontecimientos que podemos esperar con certeza. Desde esta visión, debemos aceptarla con resignación e incluso con placer, pues disfrutaríamos de la vida sin temores. Porque si no nos preocupamos por nuestra condición mortal, gozaremos el presente de forma más intensa.

El filósofo resalta que la muerte dignifica a los seres humanos, en la medida en que ella representa el fin de una vida vivida. Según esto, una persona que sufre pesares y males, no se resigna a vivir porque no le gusta la vida, sino más bien, porque vivir en malas condiciones no es una vida digna de ser vivida.

Vivir para morir, dice Heidegger:

Martín Heidegger, sostiene que el ser humano es el único ser vivo consciente de que en algún momento morirá. Es por ello que considera a la muerte como un fenómeno o acontecimiento de la vida. Su perspectiva apunta a que nacemos o somos arrojados al mundo con el fin de morir. Más aún, nuestra única certeza en esta vida es el acontecimiento de la muerte, con la cual desaparece la existencia total.

¿Existe vida más allá de la muerte?

Es tal vez una de las preguntas más enigmáticas que tenemos los seres humanos. Nuestra continua preocupación por la muerte nos obliga a considerar la posibilidad de seguir viviendo después de morir.

El ser humano, por su condición mortal, tiene ansias de la inmortalidad. Para la filosofía, esta existencia eterna tiene que ver con la perdurabilidad del alma o espíritu que sobrepasa los límites de la vida.

Funciona en nosotros como un mecanismo de defensa ante el temor y angustia que nos genera la muerte. Así, buscamos darle algún sentido o justificación que nos permita soportar este suceso ineludible.

Pensar en la muerte y la vida en relación con ella es un acto más que realizamos los seres humanos para comprendernos mejor. A través de estas reflexiones, aprendemos a apreciar la vida y afrontar la muerte con más serenidad y sabiduría.

Sin embargo, no hay que obsesionarnos con esto. Lo importante es cómo vivimos nuestra vida presente. Pensar en la muerte desde esta perspectiva sirve para centrarnos en el presente, que es lo único que tenemos.

 

¿Qué pasaría si la Tierra deja de girar repentinamente y cómo afectaría al ser humano?

La Tierra es el tercer planeta que gira alrededor del sol y el único en el sistema solar donde hay vida inteligente. Se formó hace aproximadamente 4.550 millones de años y mantiene movimientos de rotación y traslación respecto al astro rey. En la traslación, el planeta gira alrededor del sol, mientras que en la rotación la Tierra gira sobre su propio eje.

Nuestro planeta rota a una velocidad promedio de 1.700 kilómetros por hora y gracias a esto, existe el día y la noche, así como los vientos, olas y temperaturas. Entonces, ¿qué pasaría si la Tierra dejara de rotar? Lo primero es que, al igual que cuando un carro para en seco, todas las estructuras, personas, árboles y animales saldrían disparados por los aires hacia el este a 1.700 kilómetros por hora, algo similar a sentir una explosión nuclear.

«Uno de los fundamentos de la física es la conservación del momento angular», dijo James Zimbelman, geólogo emérito del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian de Washington. «Una vez que algo está girando, tienes que ejercer la misma fuerza ‘en la dirección opuesta’ para que deje de girar», explicó.

El movimiento angular también ocasionaría que, en menos de un minuto, tsunamis inmensos arrasen con todo a más de 27 kilómetros tierra adentro. Según Zimbelman, la transición rápida y destructiva vaporizaría la mayor parte del agua en la superficie del planeta, lo que ocasionaría que todas las aguas de los océanos del mundo, se vayan hacia los polos norte y sur.

Por otro lado, los siete mares que conocemos en la tierra, se volverían solo en dos mares, lo que conformaría un megaocéano en el polo norte y otro en el sur. Asimismo, como consecuencia del desplazamiento oceánico se formaría un súper continente en el Ecuador que daría la vuelta a todo el planeta.

Finalmente, Zimbelman, señala que algunos de los fragmentos planetarios que se desprendieron debido al fuerte impacto de la detención repentina, serían arrastrados por la atracción gravitatoria de la luna, bombardeando el satélite cercano y creando innumerables cráteres más en su superficie.

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